Y ahí te encuentras, a punto de saltar. Medio paralizado. Medio con las ganas de impulsarte y lanzarte.

Pero algo te hace agarrarte fuerte de todo lo que puedas. Es ese momento en que quieres brincar al vacío, pero al mismo tiempo quieres salir corriendo lo más lejos posible, aunque en un inicio estabas seguro de querer saltar en paracaídas, o emprender ese negocio.

Ahora tu cuerpo siente miedo. Y como toda emoción, no es mala ni buena, sino una reacción muy humana. Tu ritmo cardiaco sube, sudas más, las pupilas están dilatas, tus músculos están contraídos, respiras más rápido. El principal objetivo, por lo menos visto desde tu cerebro, es correr.  Sí, huir de donde estés. 

Hay un peligro identificado. Tu parte racional se nubla; tu amígdala; parte del sistema límbico, la encargada de procesar emociones, suelta una alarma: “corre, corre, corre” escuchas que te dice.

La forma en la que reaccionas ante el miedo puede ser distinta a la de otros.  No solo es querer correr; también congelarse o pelear.  Lo que sí, en todas sus presentaciones, nuestros cerebros tienen un solo propósito; el que tú y yo sobrevivamos.

Ahora bien, miedo ante un león; claro, ¡corramos! Pero, qué tal con el miedo a hablar en público, o emprender un proyecto.  Para el cerebro, el dar una conferencia o caminar por un callejón en la noche, va a mandar las mismas señales de alerta.

 La diferencia es que el león sí nos puede matar; hablar en público no, aunque se siente como tal. 

Aquí es donde podemos explorar, como siempre digo, con curiosidad, esta emoción.  Porque no es que no sintamos miedo; eso sería peligroso, ya que hemos evolucionado gracias él, pero tampoco que este nos gobierne, eso no nos permitiría lograr objetivo, ni salir de la zona de confort.

¿Y si en vez de enemigo, le diéramos la oportunidad de verlo como aliado?

Tómate café con tu miedo y pregúntate:

¿Qué te da miedo ahora?

¿Cómo es ?

¿Qué lo alimenta?

¿Qué lo dispara?

¿De qué te proteje?

¿Cómo puede ser tu aliado?

Si le das la oportunidad de charlar, tu miedo te dirá muchas cosas sobre ti. Comparte tu experiencia con tu miedo.  

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